Esta es una experiencia que todavía no ha tocado a su fin, aunque poco le falta sino ocurre un milagro.
Palabradecamiseta.com es una idea que surgió sobre 2010 (es bastante posible que me equivoque de 1 año) y se trata de vender camisetas con textos que el usuario puede personalizar. En aquel momento existían algunas alternativas sobretodo de páginas que se dedicaban a la venta de camisetas con diseños más elaborados. El nuestro pretendía ser un producto sencillo, asequible y diferente.
La web: en este caso soy culpable de complicarme la vida. Decidí hacer una página totalmente personalizada y evitar a toda costa un prestashop o magento. Es cierto que el producto, las camisetas, se han de crear una a una y que no es un producto en masa pero la administración de los clientes, el stock, las respuestas automáticas, etc. son cosas que planteado ahora posiblemente hubiera preferido adaptar un prestashop a personalizarlo todo de cero. Invertimos tiempo y dinero en algo que posiblemente hubiera sido más sencillo construir de una forma más sencilla aunque fuera más básico y conocer antes si el producto es suficientemente atractivo para los usuarios.
Usabilidad: La web no tiene una home (pantalla principal) convencional. Sin comerlo ni beberlo te planta delante de un campo de texto sobre una camiseta. Se me olvidó que los usuarios son cualquier cosa menos intuitivos. Por este motivo es más sencillo vender productos cerrados que productos personalizables. Y muy posiblemente un paso previo en que se explique como funciona la web ayudaría a que las visitas volvieran. Hay dos alternativas: la primera es intentar explicar en qué consiste la web y la segunda es mostrar productos ya generados como si fueran productos cerrados. Tenemos que pensar que los usuarios no saben lo que quieren hasta que lo ven.
El presupuesto: No se fijo una financiación desde un principio. Fuimos por libre como colegas que somos. Craso Error. Esta bien ir a pachas para una cena, un regalo o algo similar pero los negocios son negocios y ha de dejarse claro lo que va a invertir cada una de las partes. En nuestro caso mi socio puso el dinero y yo puse el tiempo. Al final la sensación es que ninguno nos involucramos del todo en el proyecto y eso deja una sensación de incertidumbre y preguntarse si el proyecto realmente puede o no funcionar.
El espacio de trabajo: Al ser algo pequeño decidimos empezar desde casa. Otro error. No destinar un espacio a la empresa provoca desinterés. Y una vivienda no es un lugar donde tener un stock. Yo mismo siempre digo que no sé trabajar en casa y acepté llevarme las máquinas para crear las camisetas en mi casa. Un proyecto empresarial, por pequeño que sea, siempre es mejor separarlo de la vivienda y más cuando se tienen socios.
Envíos: Viviendo en la era digital se me olvida lo complicado y sencillo que puede ser enviar un paquete. Cuando el producto es pequeño el envío es sencillo. Lo metes en un sobre, escribes la dirección y te peleas con la señora de correos. Cuando el paquete es algo más grande empiezan los problemas pero sabed, y esto es muy importante, los problemas solo los tienes la primera vez. Por otra parte, un consejo que puedo dar es «comprad etiquetas adhesivas», es una inversión que puede parecer una pijada pero, hacedme caso, las amaréis.
Marketing: Lo que todavía no hemos hecho. Y por esta razón no sabemos si el producto tiene salida o no. Le pedí a una amiga que publicara diariamente en redes sociales y marcamos con otro amigo una hoja de ruta o una especie de manual de estilo. Crear un carácter de la marca. Creo que ese paso no estaba mal pero me doy cuenta que debería haberse dado más tarde. La gente no sabe qué es palabradecamiseta y por consiguiente no va a molestarse en saber a lo que te dedicas si no sabe qué le puedes ofrecer a cambio de su lealtad. El marketing inicial debe ser directo, simple y caro. Gastarse dinero para conseguir visitas rápidas y pasados unos tres meses determinar si vale la pena seguir o no. En las redes sociales hay que estar pero quien te va a generar las primeras visitas reales son los canales de pago (adwords, newsletters, …).
Feedback: No se puede contabilizar lo que no se mueve. Debería ser una regla universal. Primero hay que hacer que la gente entre y después podrás tomar decisiones. Una vez escuché «Si te meto un dedo en el culo podrás decirme si te gusta, pero antes no». Se lo dijo un ex-jefe a un inglés en su primera conversación telefónica y aunque fuera muy soez tenia razón. Cualquier tipo de respuesta es buena porque te ayuda a decidir qué hacer. En nuestro caso tuvimos respuesta de un par de clientes que quedaron satisfechos del producto. Los canales para tener feedback deben ser pocos, o en su defecto muchos pero centralizados en unos pocos (automatización de procesos con ifttt por ejemplo) y han de estar muy bien atendidos. No tardes más de 24 horas en responder. Piensa que si no tienes tiempo de responder a todos es que la cosa va mejor de lo que pensabas. Y otra perla que voy a decir es «si no hablan mal de ti es que hay algo que no estas haciendo bien».
Actualidad: Actualmente el proyecto vive en la utopía por falta de un empujón en marketing. Dejamos de twittear en septiembre de 2014 y las visitas van y vienen. Ninguno dura mucho tiempo y desde luego no el tiempo suficiente para empezar el proceso de compra.
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